Verema by Josep_Gallego / June 04, 2023 at 04:28AM
A partir del 8 de diciembre, será obligatoria la declaración nutricional en las etiquetas de vino, según el Reglamento 2021/2117 de la Unión Europea que modifica las normas de etiquetado de vinos y vinos aromatizados. El uso de etiquetado electrónico será una opción en algunos casos, pero elementos como las sustancias alergénicas y el valor energético deberán mostrarse físicamente. Todos los vinos deberán incluir la lista de ingredientes e información nutricional después del período transitorio establecido por el reglamento.
El Instituto Francés de la Viña y el Vino ha publicado una lista de aditivos más utilizados en el sector que estarán sujetos a esta normativa. Los aditivos clasificados como tales incluyen correctores de acidez, conservantes y antioxidantes, estabilizantes, gases y gases de envasado, y otras prácticas como la resina de pino carrasco y el caramelo. Algunas alternativas físicas se mencionan como opciones en ciertos casos.
El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV) y spirits EUROPE han desarrollado una plataforma electrónica llamada U-Label para ayudar a las empresas a cumplir con los requisitos de etiquetado. Esta plataforma permite crear fichas de productos con información regulada, traducir automáticamente dicha información a los idiomas oficiales de la UE y publicarla en una etiqueta electrónica con un código QR. Los consumidores pueden escanear el código QR para acceder a la información en el idioma de su elección.
Para los productores, esta normativa representa un desafío. Los grandes productores pueden resolverlo más fácilmente al tener laboratorios propios o contratos con terceros, mientras que las pequeñas bodegas deberán asumir un trabajo adicional y posiblemente contratar servicios externos, lo que podría afectar al precio final del producto. El uso del etiquetado electrónico también implica costos adicionales y la necesidad de contratar servicios externos para muchas pequeñas bodegas.
En general, una vez superado el período de adaptación, esta normativa puede ser positiva para los consumidores al proporcionar un etiquetado claro y uniforme para todos los vinos vendidos en Europa. Sin embargo, para los productores más pequeños, representa un desafío y un costo adicional.