Eduardo López: Tenemos que poner precios acordes a la realidad que vivimos

Uno de los principales productores de vino en Argentina habló con MDZ sobre la realidad que vive la industria. Un ciclo con que comienza hoy con los principales actores del mundo del vino, la gastronomía y el turismo. ¡No te pierdas el video, al final!

Fuente: MDZ por Federico Lancia

DOMINGO, 9 DE JULIO DE 2023 · 08:01

Con esta entrevista damos comienzo a un interesante ciclo que tendrá innumerables charlas con diferentes actores del sector del vino, el turismo y la gastronomía de Mendoza. Se trata de los temas que definen a uno de los principales motores que hoy tracciona a la economía de la provincia. 

En la primera de estas charlas recibimos a Eduardo López, uno de los propietarios de Bodegas López, ubicada en el departamento de Maipú y que tiene 125 años de historia en la industria del vino en la Argentina.

Eduardo es parte de una familia icónica de Mendoza y la bodega siempre ha sido familiar. Son cinco generaciones que han venido trabajando durante años, resistiendo a los terribles vaivenes económicos que ha sufrido la Argentina. 

FEDE LANCIA JUNTO A EDUARDO LÓPEZ EN LA ENTREVISTA EN MDZ. FOTO: RODRIGO D’ANGELO / MDZ. 

– Siempre que pregunto lo de la fecha y los años de historia, trato de irme para atrás como si tuviera una máquina del tiempo y conocer qué pasaba 125 años antes en la Argentina. ¿Cómo era la Argentina en esos años? ¿Tienen documentos, o algo en la bodega, que muestre lo que pasaba en el país en ese momento? 

– Tenemos varios registros, no sé si de hace 125 años, porque la verdad es muy difícil conseguir información de tanto tiempo atrás. Pero si hay registros, por ejemplo de facturas de compra, de construcción de galpones… hay alguna fotografía también de cómo se armaban los talleres. Incluso hemos hecho dos libros, uno en 1998 y el otro en el 2005, que de alguna manera muestran estos datos históricos. Tenemos varios recuerdos en nuestra memoria y en nuestros archivos personales: viene a mi cabeza un desfile del 9 de julio en la Plaza de Mayo, donde Federico, mi abuelo, desfilaba en tercera línea con galera: hoy vemos eso como algo muy raro. Hablamos de la década del 40. Y Federico sí, fue una figura pública y estuvo en el Banco Hipotecario del Banco Central. ¡Cuántas cosas pasaron Argentina y en todas esas épocas estuvo en pie la bodega!

EL BODEGUERO CONTESTÓ TODO. FOTO: RODRIGO D’ANGELO / MDZ

– ¿Y esos recuerdos también vienen cuando probas algún vino histórico de los que ustedes tienen en su cava? Es algo envidiable…

– Tenemos hoy la suerte de que cuando se empezaron a embotellar vinos por allá por 1937 o 1938, mis visionarios antepasados  guardaron ejemplares de todos los años y hoy podemos disfrutar un vino de ese año. Y uno dice. ¿Qué estabas haciendo en el 38? En el 40, 50, en el 60. Estamos hablando de hace 40 o 50 años y la verdad es que asociar los vinos con las cosechas, con hechos históricos de cada uno está buenísimo. Creo que nosotros tenemos una de las cavas más importantes de Argentina y  los vinos reflejan la historia en Mendoza.

LÓPEZ HABLÓ DE LOS PRECIOS DEL VINO Y DEL TURISMO EN MENDOZA. FOTO: RODRIGO D’ANGELO / MDZ

– Ustedes siguen sin cobrar la visita a la bodega. ¿Por qué mantienen esa política?

– Lo hemos discutido bastante con la gente de marketing. Tenemos un portfolio de vinos muy amplio, tenemos un vino que cuesta $600 o $700 al público y después tenemos vinos con cosechas históricas, caras y demás. El consumidor del segmento más bajo y el de clase media, también recorre. Quiere visitar las empresas, las bodegas donde se elaboran los vinos que ellos toman todas las semanas. ¿Cómo yo le voy a decir a ese consumidor «no, mirá, la visita vale $2.000»? Viene con su familia, ¿y se tiene que gastar $10.000 por solo entrar a ver?. A esta decisión la vemos como un beneficio a futuro, una publicidad, porque ese consumidor va a volver a su casa, se va a llevar la botella desde acá de la bodega y va a decirle a todo el undo: «Este es el vino que me compré en López, cuando fui a visitar». Va a sentir que ese vino está mucho más rico que el que compra a la vuelta de la esquina.

– ¿Cuál es tu visión hoy con este escenario que tenemos en la Argentina? Baja de consumo, cosecha acotada, inflación…

– Ya todos conocemos el tema y nos cansa: inflación, recesión, caída de consumo. Como vemos, una cosecha para este año mala en cantidad, buena en calidad. Los precios se dispararon aún más que la inflación. Es por esto que venimos actualizando precios incluso por arriba de la inflación. La verdad es que el momento adecuado en Argentina es difícil definirlo: nunca el momento es el ideal para lanzar algo, para hacer algo. Yo creo que hay que seguir y pensar que todo esto va mejorar. Sino no se puede seguir. 

– Hay una idea generalizada, por lo menos dentro de la industria, de que ustedes tienen un estilo más clásico, más antiguo incluso dicen algunos despectivamente. ¿Cómo te llevás con esa idea? 

– Esa es una idea de algunos años atrás. Creo que hoy hay lugar en Argentina y en el mundo para estilos de vinos del tipo y la clase que se te ocurra. Hoy nadie te dice «si no tenés esto, no estás». «Si sos clásico, no servís o te moriste». Creo que hoy en la industria todos hablamos y convivimos con estilos distintos, con diferentes zonas y formas de hacerlo.

Hoy cambió un poco esa idea de que si sos clásico, estás fuera de onda. Es más, te diría que hoy lo clásico está más en onda que nunca. Cuando estamos en estos momentos convulsionados, muchas veces la gente busca lo más clásico, lo seguro. Pasaron 90 años de una marca y yo te pregunto: ¿cuántas pueden durar tanto en el mercado? ¡Y así de vigente! Entonces la conclusión es que no hacemos tan mal las cosas. Esto igualmente no significa que no tengamos vinos modernos, con menos madera, con barrica, con zonas distintas. Seguramente este año estaremos presentado algunas cosas nuevas. 

– Los jóvenes entre entre 20 y 25 años ¿consumen tus productos?

– La juventud o este segmento etario que vos decís se interesa en el vino de manera importante. Es el rango etario que también más viaja, que más funciona, que más prueba y que tiene menos fidelidad, por eso tenés que llamar la atención y captarlo; hacer productos que les guste. 

UN CICLO DE ENTREVISTAS EN MDZ. FOTO: RODRIGO D’ANGELO / MDZ

– Hay una idea rondando en el consumidor de que las bodegas están muy caras, de que el vino es caro ¿Cuál es tu opinión sobre eso?

– Hay de todo. Hay un gran variedad de bodegas que uno puede visitar en todo el Gran Mendoza, con distintos estilos, diferentes opciones de restaurante, de hotelería, de experiencias. Y hay algunas que son más caras que otras. Yo te puedo decir lo que nosotros hacemos. Nosotros tenemos que estar adaptados a un consumidor argentino que vive en Argentina. Vienen muchos brasileros, americanos, y eso está bien. Pero eso no es el mercado argentino, el turismo no es el mercado argentino. Por eso tenemos que tener precios acorde a donde vivimos. Vos va a comer al restorán nuestro y tenés opciones lógicas, como en cualquier restorán de Argentina. 

– ¿Qué opinión tenés de algunas cosas que rodean al mundo del vino? Hay mucho esnobismo vinculado a los puntajes del vino, el Instagram, donde cada uno se va mostrando. Los influencers. Hay como una mezcla de mensajes vinculados al vino que transmiten una idea más compleja frente a otras bebidas que son a veces mucho más simples.  

– La comunicación cambió enormemente en los últimos dos o tres años. Las empresas o las bodegas de un lado mostramos en nuestras redes sociales todo lo que podemos. No sé si es esnobismo. Creo que el vino entró en un circuito de información hacia el consumidor, que es bueno y que sin pasarte de rosca e irte a una comunicación muy técnica, es positivo. La industria está viviendo un buen momento en Mendoza, y me parece que esta vez sabemos que debemos saber explotarlo y estar en el lugar justo en el momento adecuado.

Mirá la entrevista completa a continuación:

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